Hay que ser muy artista y muy performer para dar una conferencia titulada Guía de iniciación al comportamiento parasitario. Decía el programa del acto, celebrado en Medialab-Prado, que la cosa iría "sobre cómo el artista, 'máximo exponente del parasitismo', aborda la relación híbrida entre el arte tecnológico y la vida en sociedad, entre el lugar y el 'no lugar'".
Si alguien todavía dudaba entre este y el resto de los planes que tuviera para ese día, el programa terminaba de convencerle. "En las ciudades, las asociaciones entre los objetos tecnológicos y las redes, los edificios y los cuerpos, pueden considerarse parasíticas: un estado continuo de hibridad. Un artista, el parásito máximo, desarrolla formas híbridas entre lo tecnológico y lo cotidiano. En este seminario, exploraremos todo lo parasítico y consideraremos distintas estrategias y metodologías para crear obras en red basadas en localizaciones".
Una pena habérselo perdido.